Glenwood, el banco con el que comenzó la historia de Tectona

En el mundo del diseño existen piezas que incluso trascienden a sus creadores y son reconocidas por sí mismas. Glenwood es una de ellas. Es un banco diseñado para ser bello y confortable por Tectona desde hace casi 45 años, y que hoy por hoy es un absoluto icono.
Este clásico por el que el tiempo pasa y sigue siendo uno de los favoritos de la clientela, sin duda, es la mejor carta de presentación de la firma en todo el mundo dado que recoge los pilares en los que se sostiene su filosofía.

Glenwood es un ejemplo de cómo Tectona entiende la vida al aire libre y cómo la inspiración de los elegantes jardines británicos es clara para la firma. Este banco, que se fabrica en diferentes medidas (desde 120 y hasta 240 cm) y también como butaca, es realmente cómodo. Cuenta con un respaldo lo suficientemente alto para la espalda de quien en él tome asiento, así como reposabrazos ligeramente curvos para que los brazos descansen con suavidad.

El ensamblaje ‘a caja y espiga’, y el trabajo de las patas traseras, tallado de una sola pieza de la masa de una madera noble y sostenible como la teca, no solamente garantizan la estabilidad del banco, sino que también una absoluta solidez. Es decir, está diseñado y fabricado para durar, resistir el paso de las estaciones y los cambios de temperatura además de otros elementos meteorológicos. Porque la casa francesa concibe los muebles como piezas atemporales que son un legado de generación a generación.

También desde el primer día, la historia de Tectona se ha escrito a través de otra pieza icónica: el banco Exbury, majestuoso con rotundas secciones de madera y que respira estilo británico por cada poro de la teca.

Glenwood y Exbury, o cómo convertirse en dos clásicos en el diseño de mobiliario para jardines y espacios al aire libre.

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