George Glas, un vino tinto dulce homenaje al carácter aventurero.
EL GRIFO es la bodega más antigua de las Islas Canarias y una de las más revolucionarias por las vías de experimentación que desarrolla. En ello se empeña el departamento de I+I+D, en investigar e innovar, pero sabido es que recuperar tradiciones también es una pequeña gran revolución. Por ejemplo, el asoleado para elaborar George Glas, un tinto dulce que completa la gama de tintos de El Grifo.
Dulce y natural
Este vino dulce y natural fue elaborado en la vendimia de 2015 con uvas de Listán Negro previamente asoleadas durante diez días y que fueron pisadas durante otros dos días de modo intermitente. De esta forma, se recuperó el asoleado de los racimos, una práctica
hoy perdida en Canarias y que permite concentrar los azúcares. Antes se hacía para “ahorrar” en la adición de aguardiente o alcohol vínico, en la actualidad, responde a razones organolépticas, es decir, aportar un toque especial al vino.
Tras el arranque de la fermentación, ésta se interrumpió mediante la adición de alcohol vínico para mantener 110 g/l de azúcares naturales. Se añadió aproximadamente un 10% de vino dulce de la vendimia de 2012, arrasada por una ola de calor y de la que solo se pudieron salvar algunos racimos. Desde 2015, George Glas permaneció en barrica de 500 litros de roble, mitad francés y mitad americano. Y en agosto 2020, se interrumpió la crianza oxidativa para proceder al embotellado de 3.182 litros.
¿Quién fue George Glas?
George Glas (1725-1765) fue un escocés muy viajero, protestante, comerciante y espía de Su Graciosa Majestad, coetáneo de Matías Gálvez, quien introdujo la variedad Listán Negro. Glas publicó The History of the Discovery and Conquest of the Canary Islands, (Londres, 1764), un libro de viajes fruto de su estancia en Canarias durante casi una década.
Describe todas las islas y también el nacimiento del vino de Lanzarote, tras la erupción volcánica de 1730-1736, certificando la práctica desaparición de los Canari y su sustitución por los “nuevos vinos” del siglo XVIII, semejantes al Madeira.
Ha sido la obra británica de mayor impacto sobre el archipiélago canario y un ejemplar de la primera edición se conserva en la biblioteca del Museo del Vino.
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